18 mayo, 2024
Cultura

Joseph Pulitzer, un innovador del periodismo no exento de polémica

Conocido por los prestigiosos y preciados premios al periodismo y la literatura que llevan
su nombre, Joseph Pulitzer fue un poderoso periodista, editor y filántropo húngaro
naturalizado estadounidense que cambió la historia del periodismo junto a su eterno
contrincante, el magnate William Randolph Hearst. Cada uno por su lado construyó un
verdadero imperio mediático. La competencia entre ambos originó la denominada prensa
amarilla. Sin embargo, en su labor como editor, Pulitzer también mostró valores positivos
como la lucha por la justicia y los derechos civiles y la prédica contra la corrupción política
y financiera. Se lo puede considerar un pionero del «infotainment», esa mezcla de
información y entretenimiento que los periódicos no han dejado de profundizar desde
entonces. Su pasión por el periodismo se desencadenó cuando se alistó como soldado en la
Guerra Civil Americana y escribía cartas sobre sus experiencias en el campo de batalla. El
10 de abril se cumplieron 177 años de su nacimiento.
Lo apodaban "Joey el alemán" o "Joey el judío". Hijo de Elize Berger y Fülöp Pulitzer, el
célebre editor nació en 1847 en Makó, ciudad ubicada a unos 200 km al sureste de
Budapest. Su padre era un respetado hombre de negocios, uno de los principales
comerciantes de la ciudad. En 1853 la familia se trasladó a Pest, donde Pulitzer fue educado
por tutores privados que le enseñaron francés y alemán. Tras la muerte de su padre, en
1858, el negocio quebró y la familia se empobreció. Esto llevó a Pulitzer a intentar alistarse
en varios ejércitos europeos pero en todos los casos fue rechazado: tanto por el Ejército
Austríaco, la Legión Extranjera Francesa y el Ejército Británico, debido a su frágil salud y a
su mala visión.
Finalmente fue reclutado en Hamburgo, Alemania, para luchar por la Unión en la Guerra
Civil Americana en agosto de 1864. Le pagaron 200 dólares por alistarse en el Primer
Regimiento de Caballería de Nueva York. Cuando acabó la contienda, se radicó en Saint
Louis, Missouri, donde trabajó como albañil, camarero, estibador y cuidador de mulas.
Pulitzer llegó a Estados Unidos sin hablar una palabra de inglés. Recién aprendió el idioma
por su cuenta después de la guerra, ya que su regimiento estaba integrado por inmigrantes
alemanes.
Su primera incursión en el mundo del periodismo fue gracias a su dominio del ajedrez.
Pulitzer trabajaba para unos abogados que tenían la oficina junto a la redacción del
Westliche Post, un diario publicado en alemán. Uno de los editores se fijó en lo bien que
jugaba, entabló amistad con él y lo acabó fichando como redactor en 1868. El joven
Pulitzer dedicó a su nuevo oficio todo su tiempo, de diez de la mañana a dos de la
madrugada, un esfuerzo que vería recompensado siendo nombrado editor y luego
copropietario del rotativo. En 1867 adquirió la ciudadanía estadounidense. En esa época
conoció a Katherine Davis, su futura esposa, quien era sobrina del expresidente
confederado Jefferson Davis y con la cual tuvo seis hijos.
En 1869 fue elegido diputado para la Asamblea del Estado de Missouri. Tres años más
tarde dejó el periódico para estudiar Derecho y ejercer como corresponsal para el New

York Sun. Posteriormente, compró el periódico en el cual trabajaba, el Saint Louis Evening
Post, por 3000 dólares, y el Saint Louis Dispatch –que estaba en bancarrota- por 2700
dólares, y fusionó los dos diarios para crear el Saint Louis Post-Dispatch, que se convirtió
en el de mayor tirada de la ciudad. De esta manera, empezó a construir su imperio. En este
periódico, Pulitzer cumplió el papel de portavoz del hombre corriente con exclusivas y con
un acercamiento a la noticia fuertemente populista.
En 1883 Pulitzer, ya millonario, adquirió el New York World, un periódico que estaba en
caída libre. Pulitzer dirigió la atención del diario hacia historias de interés humano,
escándalos y sensacionalismo. Asimismo, desarrollaba el periodismo de investigación,
centrado en la denuncia de la corrupción política y financiera. El periódico brindaba una
cobertura permanente de los acontecimientos deportivos y suplementos especiales de ocio y
moda, toda una novedad para la época. En 1885 Pulitzer fue elegido para la Cámara de
Representantes de los Estados Unidos por el Estado de Nueva York, pero renunció tras
unos pocos meses de servicio por no encontrar en la política un ámbito que colmase sus
intereses de realización personal.
En 1887, reclutó a la famosa periodista de investigación Nellie Bly. En 1895 introdujo la
primera historieta en color de un periódico, la luego inmensamente popular The Yellow Kid
de Richard Felton Outcault. Bajo la dirección de Pulitzer, el diario aumentó su circulación
de 15.000 a 600.000 ejemplares, convirtiéndose en el primer periódico del país. Debido al
éxito alcanzado, lanzó una edición vespertina: The Evening World. Pulitzer se proponía
orientar a la opinión pública. La influencia de este medio fue tan importante que se cree que
el candidato demócrata a la presidencia Grover Cleveland ganó las elecciones gracias a su
apoyo.
En 1895 William Randolph Hearst adquirió el periódico rival de Pulitzer, el New York
Journal, para competir con éste directamente. Ambos hombres se enfrentaron durante
muchos años para ver quién publicaba los contenidos y las historias más sorprendentes. Su
rivalidad llegó al límite cuando el acorazado estadounidense Maine fue hundido en el
puerto de La Habana en 1898 –este hecho sería el desencadenante de la guerra contra
España–.
La cobertura mediática de la contienda que ofrecieron Pulitzer y Hearst fue abrumadora;
enviaron varios corresponsales a Cuba a cubrir el conflicto. Como la información obtenida
no era fiable y no podía ser contrastada, Pulitzer y Hearst acabaron por inventar la mayoría
de las noticias, con el único objetivo de atraer más público. Esta falta de ética profesional y
el desprecio absoluto por el periodismo responsable demostrado por ambos está en el
origen de lo que hoy se conoce como "prensa amarilla" debido a que los dos periódicos
incluían una historieta impresa en dicho color.
A pesar de este perfil controvertido, puede decirse que Pulitzer fue un innovador en el
campo de los medios de comunicación. Introdujo métodos de redacción y estilo que
revolucionaron la forma en que se presentaba la información. También fue uno de los
primeros en utilizar la fotografía como parte integral de las noticias, lo que ayudó a que el
periódico fuera más atractivo para los lectores.

En 1890, su salud se deterioró rápidamente, perdió la vista y tuvo que abandonar la
redacción, aunque continuó dirigiendo activamente el periódico desde su mansión
neoyorquina. En sus últimos años pasaba largas temporadas de descanso en Europa, donde
recibía informes del estado de sus negocios. Joseph Pulitzer falleció el 29 de octubre de
1911 en Charleston Harbor, Carolina del Sur, Estados Unidos, en su yate Liberty, a los 64
años. Sus restos descansan en el Cementerio Woodlawn del Bronx, en Nueva York.
Pulitzer dejó en su testamento 2.000.000 de dólares a la Universidad de Columbia para que
se creara la primera escuela de periodismo del mundo con el objetivo de mejorar los
estándares profesionales de la prensa. Así, en 1912, se fundó la Columbia University
Graduate School of Journalism, una de las más prestigiosas a nivel mundial hasta el día de
hoy. En tanto, también por indicación dada en su testamento, en 1917 dicha universidad
organizó la entrega de los primeros Premios Pulitzer de periodismo. Posteriormente, los
premios se ampliaron para reconocer los logros en literatura, poesía, historia, música y
teatro.
El famoso editor pronunció estas tres máximas relativas al periodismo que sirven como
legado y enseñanza:
– La libertad de prensa es un pilar fundamental de cualquier sociedad democrática.
– Un buen periodista debe tener integridad, valentía y pasión por la verdad.
– La prensa tiene la responsabilidad de investigar, cuestionar y desafiar el poder.
                                                                                                                                   

                                                                                                                       Laura Brosio

 

 

FOTOS:

Joseph Pulitzer

Portada de The New York World cuando se desencadenó la guerra hispano-
estadounidense