27 julio, 2024
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Historias de Vida: la Teniente de Fragata Romina Alejandra Luquez

Compartimos información que nos envían desde el programa Mar Adentro, de difusión de la vida naval.

“La Armada Argentina es mi forma de vivir y parte de mi familia”, dice la Teniente de Fragata del Cuerpo Profesional Técnico Romina Alejandra Luquez.  Ella nació en la Ciudad de Buenos Aires, pero desde los 30 días de vida se mudó con su familia a Curuzú Cuatiá, en la provincia de Corrientes, y allí se crió, por lo que puede decirse que es correntina.

En la actualidad es Jefe de Logística, de Adiestramiento y de Electrónica de la Base Aeronaval Punta Indio, en la provincia de Buenos Aires. Ella misma cuenta cómo es su vida de servicio y su vocación naval.

Con 36 años, Romina Luquez es la única mujer radarista en la Base Aeronaval Punta Indio (BAPI): “Estoy cumpliendo mis expectativas. Soy la única mujer y me siento una más, ya que compartimos todo”,  introdujo. Relata que su vocación vino en parte gracias a su padre quien hizo el Servicio Militar Obligatorio en la Armada Argentina y le inculcó los valores de pertenencia a la Institución, hasta tal punto que el 11 de septiembre del 2001 –un día del maestro, feriado para ella en su escuela– decidió ir a la Delegación Naval más cercana en su provincia para inscribirse e iniciar la carrera militar.

Su familia recibió de la mejor manera su incorporación a la Fuerza: “Ellos lo sienten como un orgullo, aunque no entienden mucho, a excepción de mi papá, que trata de explicarles un poco”, contó.

Dentro de la Armada Argentina comenzó su periplo el 2 de febrero del 2002 con un período de formación en la Escuela de Suboficiales de la Armada donde se recibió a fines de ese año como Cabo Segundo en la especialidad Aeronáutica Operaciones Radarista. Su primer destino fue en la Base Aeronaval Comandante Espora, cercana a la ciudad de Bahía Blanca.

Romina cuenta que en el 2017 se planteó un desafío en su carrera: decidió solicitar el Curso de Ascenso de Suboficial a Oficial (CASO). Se desarrolla en la Escuela Naval Militar, escuela de formación de oficiales de la Armada.

“Fue un desafío a uno misma, me quería superar, y contaba con el apoyo de mi familia. Hoy en día estoy en el segundo año de Teniente de Fragata”, destacó. “Lo que más me marcó fue mi primer operativo, que hice con un Tracker, en la Escuadrilla Aeronaval Antisubmarina perteneciente a la Fuerza Aeronaval N° 2, ubicada en la Base Espora. Fue la primera vez que salí en comisión, estaba nerviosa pero iba con un suboficial muy experimentado”.

Sobre su trabajo actual como Oficial Cuadrante Operativo en Punta Indio, señala: “Ahora soy parte de la tripulación de vuelo, soy Oficial Cuadrante Operativo (OCO). En un caso SAR (Search and Rescue, siglas en inglés), por ejemplo, durante un operativo de salvamento y rescate se alistan piloto, copiloto, mecánico de vuelo, comunicante, OCO y radarista”, contó sobre su función a bordo. El Oficial Cuadrante Operativo es la persona que planifica el vuelo junto con el copiloto y planea toda la navegación, itinerario, altura de vuelo, misión, entre otras variantes.

Su infancia tuvo acento correntino. Romina Luquez hizo un recorrido recordando su infancia en el Barrio Yaguá Rincón de Curuzú Cuatiá: “Allá fui a la primaria en la Escuela Sarmiento N° 564, y la secundaria la hice en el Colegio ‘General Manuel Belgrano. La vida es muy parecida a lo que es Verónica –ciudad bonaerense donde se encuentra ubicada la Base Aeronaval Punta Indio–: un poblado chico, donde podías andar en bicicleta por todas lados y jugar con los vecinos del barrio; era lo mejor”, rememoró.

Pero su condición de militar no la aleja de lo cotidiano de su provincia, ya que también destacó aspectos de la cultura culinaria de Corrientes: “Los asados de mi mamá y el guiso de harina son lo mejor”.  El guiso de harina o Mbaipí es un plato con raíces guaraníticas, muy nutritivo y calórico; una comida típica de la gastronomía correntina que se consume en todo el Noreste argentino. “El guiso se prepara con todo como un guiso común, pero en vez de echarle arroz o fideos, se va incorporando la harina, luego el chorizo, y lleva cebolla de verdeo picada al final”, detalló.

En momento en los que tanto se dice y reflexiona sobre el papel de la mujer en el mundo actual, resulta interesante y valioso conocer estos ejemplos, que pueden ser todavía no tan difundidos pero que cada vez cobran mayor actualidad, ubicando a mujeres en actividades antes vedadas, y permitiéndole así desarrollar, como en este caso, todas sus posibilidades.

FOTO: Romina Alejandra Luquez