27 julio, 2024
ArteArte para pensar

Puertas, retratadas por un artista 

Arte para Pensar 

Por Marcela Davidson 

 

La fotografía es un medio de expresión, revela un instante señalado por su artista. Hace casi un año, Richard Piñeiro inició su peregrinaje citadino. Estuve acompañando su proceso creativo. Fue un viaje de ocho meses en el que sus caminatas laberínticas iban a un encuentro remoto. Encuentro con el pasado tan invisible como las mismas puertas icónicas de algunas casas y edificios de Buenos Aires. Invisible se vuelve un entorno urbano en el que se transita sin mirar. 

Ricardo Piñeiro.

Piñeiro estaba restaurando una visión dañada por la actualidad. Sus caminatas lo impulsaban a descubrir puertas. Aquellas  puertas emblemáticas que habían sido creadas para ornamentar con elegancia el acceso de una casa o edificio. El término proviene del latín portalis, “relativo a la separación y al paso de un punto a otro, en un espacio determinado”. El artista estaba metafóricamente restaurando la mirada en un espacio contemporáneo. Me refiero a esta mirada en penumbra que sacamos a la calle, mirada que ha dejado de registrar la arquitectura ecléctica que compone cada cuadra. Casi nadie ve el pasado que nos muestra Buenos Aires, a aquellos herreros, ebanistas, artistas, arquitectos que habitaron esta ciudad. Fueron ellos quienes le dieron forma a los íconos de Buenos Aires. Sin su activa participación, hoy esta arquitectura con sus magníficas puertas no existiría. Estamos siendo capturados por las pantallas del celular. La virtualidad debilita la percepción de los significantes tangibles: las puertas, las ventanas, la variedad de sus facturas. No vemos el arte de la herrería ni las tallas en madera. Nos perdemos de hacer contacto poético con el pasado. Ni siquiera nos registramos entre nosotros mismos. Por este motivo es el artista quien diagnostica el malestar social.

Piñeiro se fastidia con los citadinos que deambulan por las calles abstraídos en la pantalla del celular. Que puede tener una función creativa: Piñeiro valida esa atención al celular. Este se transforma en su herramienta para restaurar la visión primordial, para captar aquello que está ahí, frente a uno. Pero para eso hay que estar conectado con lo tangible. Primero hay que ver y entregar los sentidos a esta realidad que se originó en el pasado. El propósito para Piñeiro es hacer visible las puertas a través de su fotografía, que cada caminante pueda ver en el arte de Piñeiro aquellas puertas invisibles. 

Así es como en la fascinante exposición que inaugura el 5 de julio en Casa Quintana (Av. Quintana 302), hay un minucioso recorrido por la reciente obra de Piñeiro. 


Richard, con su arte, rescató del silencio ocular a ciertas puertas porteñas. Son Iconos de Buenos Aires que nos retrata un artista.

 

Foto de Arriba: Richard con su arte, rescató del silencio ocular a ciertas puertas porteñas”.