El Teatro Coliseo

Destinado habitualmente a conciertos y espectáculos de jerarquía, el Teatro Coliseo es uno de los más importantes de la Ciudad de Buenos Aires, al punto que albergó tiempo atrás la temporada del Colón, cuando este último estuvo cerrado por reformas. Pero el Teatro de hoy no es el mismo de sus comienzos. Ha tenido varias etapas, las primeras fuera de este barrio de Retiro. En su ubicación actual de Marcelo T. de Alvear al 1100 fue inaugurado como Coliseo Argentino en 1905, cuando la calle se llamaba Charcas. Se inició como sala de circo para las funciones del famoso payaso Frank Brown, aunque un par de años después ya va a destinarse a la lírica. 
El magnífico edificio que podemos ver en la foto antigua que ilustra esta nota fue obra del arquitecto alemán Carlos Nordmann, quien llegó a la Argentina en 1883 para hacerse cargo de la construcción del Palacio legislativo de la Ciudad de La Plata. Aquí va a radicarse y a desarrollar una obra arquitectónica muy importante, en varios lugares del país. Además del edificio que nos ocupa podemos mencionar entre otras construcciones el conocido Torreón del Monje en Mar del  Plata, y en esta zona de Retiro residencias como la de Tornquist de Florida 989, o el que fue en su momento el Club Alemán, actual Círculo de la Fuerza Aérea, ubicado en la Av. Córdoba 731. 
Claro que el Teatro Coliseo de entonces era muy distinto al actual, como podemos comprobar cotejando las dos fotografías que aquí incluimos. La fachada original estaba dotada de una marquesina de herrería artística que le daba su especial fisonomía. Internamente tenía capacidad para 2.500 espectadores sentados, y su escenario, de 20 metros de ancho con sus mecanismos de funcionamiento, era lo más avanzado de la época. 
En este teatro se presentaron importantes figuras internacionales de la música, y en 1920  se realizó la primera transmisión radial del mundo, que consistió en la emisión de la ópera Parsifal, de Richard Wagner, que se representó en su escenario.
El Teatro funcionó en ese lugar frente a la Plaza Libertad hasta 1937.  Ese año cerró sus puertas y el edificio fue adquirido por el gobierno italiano con la idea de implementar allí un centro de cultura. Luego fue demolido en parte, pero las obras quedaron detenidas por circunstancias de la época. Recién en la década del  ‘60  del siglo pasado el Coliseo fue reabierto, y tuvo por esos años mucha actividad. 
En 1971 se encaró su remodelación, que estuvo a cargo de los arquitectos Mario Bigongiari y Maurizio Mazzocchi. Tomó entonces la fisonomía que hoy le conocemos, y desde aquel momento funcionan en el mismo edificio el Consulado Italiano y el Instituto Italiano de Cultura.