27 julio, 2024
Sociedad

Dos hermanos unidos por el mar

Fuente: La Gaceta Marinera
Matías y Gonzalo Baldi Realizan el Viaje de Instrucción Naval a bordo de la Fragata “Libertad”. Eligieron ser marinos como su papá, submarinista de la Armada Argentina. Hermanos de sangre y profesión, ambos son apasionados por el mar y serán Oficiales de Marina cuando finalicen la instrucción a bordo. El viaje es el comienzo de una nueva etapa en sus vidas y coinciden que el estar juntos a bordo es algo único, especial e irrepetible.  
Matías Eduardo Baldi es el mayor, en noviembre cumplirá 25 años y Gonzalo Gastón el menor, quien acaba de festejar su cumpleaños en septiembre pasado. Nacieron en la Capital y se criaron en el Barrio de Villa Urquiza donde vive toda su familia; aunque también guardan buenos recuerdos de Mar del Plata, lugar donde desarrolló la especialidad de submarinista su papá y, por ende, donde ambos vivieron parte de su infancia.
Para Matías, la carrera de su papá lo marcó a fuego e ingresó a la Armada conociendo de su experiencia y también en busca de un trabajo en el que la aventura y el aire libre estuvieran siempre presentes. Atraído desde chico por las historias de su padre, Gonzalo también eligió la carrera y reforzó su decisión con el ingreso de su hermano mayor un año antes que él.
Gonzalo fue contando que muchos otros motivos, además de su padre y hermano, fueron los que lo impulsaron a que llegara a la Institución, “buscando valores como respetar el Himno Nacional, nuestras insignias y símbolos patrios, y creo que la Armada es el lugar correcto para practicar esos valores; y otro de los atractivos es la cantidad de experiencias que se pueden vivir aquí como embarcar en submarino, irme de campaña al terrero con los Infantes de Marina, estar en un montón de barcos y navegaciones y sólo tengo 23 años”, enfatizó.
Matías Baldi pertenece a la Promoción 144 del Cuerpo Comando Escalafón Naval de la Escuela Naval Militar y Gonzalo Baldi a la Promoción 145 del mismo cuerpo y escalafón. Los hermanos viajan con 350 tripulantes entre oficiales, suboficiales, y Guardiamarinas en Comisión de otras promociones, la 79 y 80 del Escalafón Infantería de Marina y la 100 y 101 del Cuerpo Profesional Escalafón Intendencia.
Se hace marino en el mar
Durante la navegación, los futuros Guardiamarinas desarrollan un programa académico en prácticas profesionales del arte de la navegación, en la adquisición de formación operativa y realizan las primeras experiencias en la administración del material y la conducción del personal. “Estoy muy contento a bordo y cumpliendo con todas las expectativas que tenía antes de iniciar el viaje: aprendiendo muchísimo y realizando toda la práctica profesional de lo que venimos incorporando hace 4 años”, contó Matías.
“En lo personal, estar en la Fragata Libertad significa el fin de un período de estudio y el comienzo de la etapa como Oficial. Es un orgullo estar representando a la Argentina en este Viaje de Instrucción”, agregó el mayor de los Baldi y destacó: “uno de los momentos que me llevo para siempre es haber podido ir al Vaticano, y estar presente cuando el Papa Francisco mandó un saludo especial a los tripulantes de la Fragata; fue muy emocionante”.
A Gonzalo también le gustó Italia y destacó “lo que me gusta del viaje es el intercambio cultural que tenemos con la gente de otros países porque se aprende mucho de eso”. Respecto a la práctica profesional contó que trabajan mucho en las navegaciones, “tenemos la oportunidad de aprender mucho para que el día de mañana podamos desempeñarnos bien como oficiales. Lo que más disfruto son las prácticas en el Puente de Comando. Hace muchos años que no se hace un viaje de esta magnitud, y nos toca a nosotros”.
“Estar en la fragata con mi hermano menor –agregó Matías– es buenísimo. Compartimos una pasión, una carrera y es algo e inexplicable. Disfrutamos de muchas cosas que vivimos en común y nos sentamos a compartir conocimientos, experiencias, y eso es excelente”.
“Embarcados cubrimos muchos roles y guardias y uno verdaderamente lo disfruta; se encuentra con la carrera en esa práctica”, enfatizó Matías. “Cuando uno ingresa a la Armada cambia toda una forma de vida; es un estilo de vida ser marino. Para mí, la Armada es apasionante y te atrapa desde el primer día”, dijo y adelantó que le gustaría ser Aviador Naval.
“A mí me gustaría ser submarinista”, dijo Gonzalo aunque todavía falta tiempo para elegir una especialidad naval. “Tengo muchas ganas de hacer todo lo que se me presente: ir a la Antártida, a las Misiones de Paz, y me motiva mucho hacer cosas distintas que no podría hacerlas con otra profesión; realmente, vivir distinto”.
“Este viaje es muy especial porque lo estoy compartiendo con mi hermano con quien siempre me llevé muy bien. Desde el secundario nos empezamos a unir más y la verdad es que somos muy compañeros en todo; siempre estamos para el otro y compartir esta instrucción con él, es lo mejor. Estoy por recibir mi Confirmación a bordo y lo elegí para que sea mi padrino”, rescató.
Una familia de marinos
El menor de los hermanos Baldi contó que “debido a la profesión de mi padre, nos fuimos mudando por varios lugares, más que nada Mar del Plata y Buenos Aires. Mis recuerdos de infancia los tengo en el barrio La Perla y en el colegio Santa Cecilia; y de Buenos Aires, Villa Urquiza es donde más me siento en casa”.
Matías coincidió “por la carrera de papá, fuimos a varias escuelas pero el lugar que yo siento como mi lugar es Villa Urquiza donde hice la secundaria. Mis padres, mi abuela y toda mi familia son de ahí”. Ambos son muy deportistas, juntos practicaron tenis y natación pero se diferenciaron en el básquet en el caso de Matías y en el fútbol, Gonzalo.
Tienen una hermana mayor quien es nutricionista y ya está casada. La familia se completa con su mamá, “es de fierro, siempre vivió para nosotros y nos ayudó en la carrera”, destacó Gonzalo.
“Los cinco somos muy unidos, la verdad que se extrañan pero lo bueno es que cuando nos juntamos disfrutamos plenamente de la compañía. La Armada me hizo valorar esto, desde un plato de comida caliente de mamá en casa hasta las pequeñas cosas de cada uno”, concluyó el menor de los Baldi.
El 45º Viaje de Instrucción Naval
El buque escuela fragata ARA “Libertad” zarpó del puerto de Buenos Aires el 23 de abril y volvería al país los primeros días de noviembre.
El primer puerto de la travesía fue Recife (Brasil) y la fragata continuó su viaje por tres puertos norteamericanos: Baltimore, Norfolk y Nueva York. El 18 de junio cruzó el Océano Atlántico con destino a Ámsterdam (Holanda) y las siguientes escalas fueron Brest (Francia), Liverpool (Reino Unido), Dublín (Irlanda), Ferrol (España), Toulon (Francia), Civitavecchia (Italia), y El Pireo (Grecia).
Luego de visitar en España el puerto de Cádiz, del que soltaron amarras el 22 de septiembre, llegarían a Río de Janeiro (Brasil) el 19 de octubre. Con esta navegación, los tripulantes de la fragata Libertad iniciaron el camino de regreso al continente americano. Además de Río, el itinerario de regreso incluirá el puerto uruguayo de Montevideo para luego recalar finalmente en Buenos Aires.
Los hermanos Baldi en su viaje a bordo de la Fragata libertad.