21 junio, 2025
Historia

El Día de la Bandera y su creador, Manuel Belgrano

Por Josefina del Solar

El 20 de junio evocamos especialmente a la gran figura de la Patria que fue Manuel
Belgrano por ser el aniversario de su muerte; y si bien la trayectoria de Belgrano tiene
muchos aspectos relevantes, en este día lo hacemos principalmente como creador de la
Bandera Nacional.

Recordemos en este caso algunos datos esenciales de su biografía. Belgrano fue abogado,
periodista, economista, político, diplomático, militar. Creemos que difícilmente pueda
hallarse otra figura que haya tenido una presencia y un papel tan relevante en todos los
hechos que sentaron las bases de lo que iba a ser la Argentina, y con el nivel de entrega, de
patriotismo y desinterés que lo caracterizó, al punto  que podemos decir que dio su vida por
la causa del país.

Su nombre completo era Manuel Joaquín del Corazón de Jesús. Nació en Buenos Aires el 3
de junio de 1770, en la casa familiar ubicada en la calle Santo Domingo (actualmente
avenida Belgrano) al 400. Era hijo de Domingo Belgrano –un comerciante italiano radicado
en esta ciudad, quien llegó a ser también funcionario de la administración local- y de la
dama porteña María Josefa González Casero. Este matrimonio tuvo una amplia
descendencia: dieciséis hijos, de los cuales Manuel fue el octavo.

El nivel económico de su familia le permitió tener una muy buena educación. Se formó
inicialmente en Buenos Aires, donde fue alumno del Real Colegio de San Carlos (actual
Nacional de Buenos Aires); pero al terminar los estudios allí va a España e ingresa en la
Universidad de Salamanca y posteriormente en la de Valladolid, graduándose en leyes. Su
estadía en Europa coincide con el estallido de la Revolución Francesa. En la oportunidad
toma contacto con las ideas políticas y económicas en boga en aquel momento, además de
acceder a la obra de autores relevantes, españoles y franceses particularmente. Cuando se
establece en Buenos Aires el Consulado,  a fines de 1793, todavía bajo el dominio español,
Belgrano es nombrado secretario, debido a lo cual regresa a Buenos Aires entusiasmado por
la tarea encomendada.

Siguen después su participación en la lucha contra las invasiones inglesas, en la Revolución
de Mayo y la posterior consolidación de ésta, su actuación como militar, también en la
declaración de la independencia, y todo lo que hizo en esa década excepcional –entre 1810
y 1820, año de su muerte- de entrega y dedicación al nacimiento de esta patria, en lo que él
tuvo tanto que ver.

Claro que dentro de su enorme papel en la historia argentina, a Manuel Belgrano se lo
recuerda principalmente por la creación de la bandera nacional, motivo por el cual el 20 de
junio es también el Día de la Bandera. Y si bien son conocidas las circunstancias que
llevaron a su creación, sirve hacer mención de ellas en lo básico. En primer lugar luego de
la Revolución de Mayo existía la circunstancia de que este territorio debía defenderse de
posibles intentos por parte de la Metrópoli de reponer sus autoridades  y recuperarlo,
porque si bien todavía no había declarado la independencia, ya se gobernaba por sí mismo.
Por eso, para cuidar de posibles avances realistas, el gobierno de Buenos Aires envía a
Belgrano al frente de un regimiento a las costas del Río Paraná. Como todavía las fuerzas
militares locales tenían los colores españoles, Belgrano propone como distintivo propio el
uso de una escarapela celeste y blanca, los colores que habían distinguido a los miembros
de la Sociedad Patriótica. El Primer Triunvirato, que era el gobierno de entonces, acepta
esto decretando su uso para las tropas locales. Ante la aceptación, Belgrano la interpreta
como un gesto de independencia, aunque todavía no se hubiera declarado formalmente.

Inaugura entonces una batería llamada precisamente Independencia, que se suma a otra
denominada Libertad; y al inaugurarla iza una bandera con los colores de la escarapela y la
hace jurar pos sus soldados, diciéndoles: “Soldados de la patria: En este punto hemos
tenido la gloria de vestir la escarapela nacional que ha designado nuestro Excmo. Gobierno,
en aquel, la batería de la Independencia, nuestras armas aumentaran las suyas; juremos
vencer a nuestros enemigos interiores y exteriores, y la América del Sur será el templo de la
Independencia y de la Libertad. En fe de que así lo juráis, decid conmigo ¡Viva la Patria!”.
El trascendente hecho tuvo lugar el 27 de febrero de 1812, a orillas del Río Paraná, en las
cercanías de Rosario. La bandera enarbolada en esa fecha por Belgrano no fue aceptada
oficialmente por el Triunvirato. Recién va a ser oficializada como bandera de las Provincias
Unidas del Río de la Plata en el Congreso de 1816, el mismo que sancionó la independencia
de este territorio que es hoy la República Argentina.

FOTO: El Monumento a la Bandera en Rosario, recuerda cuando fue izada por primera vez
por su creador.