20 abril, 2024
Arte

Las texturas de Bianchetti    

Por Marcela Davidson

La palabra textura alude a la superficie externa de un cuerpo que es captada por el sentido táctil. Cuando mencionamos que una pintura tiene textura, significa que visualmente, la fragmentación continua de minúsculas manchas de color se percibe formando un tejido.

El arte como transmisor de poesía puede hacernos asociar el tacto con la vista para suponer que la textura táctil se puede ver y experimentar con percepción psicosensorial.

La exposición de Carolina Bianchetti que inaugura por estos días, se compone de una serie de obras seleccionadas por su alusión a un contenido floral que podrían estar sugeridas por texturas coloridas y abstractas. Así es como logran estas texturas representar sensaciones entremezclando los sentidos del olfato y el tacto a partir de la vista. Las sensaciones son intransferibles y aunque nos esforcemos por experimentar sensaciones, se torna imposible sentir el perfume que cada uno reconoce en su memoria a partir de la visión de cualquiera de estos cuadros.

Bianchetti pinta con la doble emotividad del impulso gestual y el control racional. Va alternando las dos acciones y sus lienzos florales pueden crecer en yuxtaposición de pinceladas e impresiones digitales que su ánimo va guiando al ritmo de una sinergia subjetiva.

A los diecinueve años Carolina pacta con el arte para dedicarse profesionalmente y sin interrupción hasta la actualidad. Pertenece a la generación de jóvenes artistas que producen obra por necesidad expresiva. Canaliza el vertiginoso cambio cultural y tecnológico a través de lo que pinta. Se zambulle en el lienzo con los colores que su estado anímico le dicta. Pinta en estado de trance, sin pensamientos intelectuales ni inclinaciones ideológicas. Pinta, se expresa con el impulso casi instintivo de supervivencia en medio de los cambios y turbulencias sociales.

Las texturas de Bianchetti tienen la poética del esplendor colorido de la naturaleza, sus múltiples manchas componen una totalidad que se expande desbordando el marco compositivo. Las texturas se transforman en lo que cada espectador resuelve experimentar. La muestra se podrá visitar en el primer piso del Sofitel Buenos Aires (Posadas 1232)  a partir del 27 de octubre hasta el 30 de noviembre

ILUSTRACION:  C. Bianchetti:  Infinity.