19 abril, 2024
En Buenos Aires

La Pirámide de Mayo restaurada

– Por Laura Brosio

La Pirámide de Mayo es el primer monumento nacional y fue construido en 1811 para conmemorar el primer aniversario de la Revolución de Mayo y rendir homenaje a los primeros héroes de la Patria. Después de un arduo trabajo que llevó varios meses, este ícono histórico y cultural de la Ciudad ya ha sido restaurado.

De esta manera, se volvieron a colocar cuatro estatuas que formaron parte del monumento hasta 1912 y que desde hacía años se encontraban emplazadas en la Plazoleta San Francisco, ubicada en Defensa y Alsina. Esas esculturas de mármol se denominan La Navegación, La Industria, La Geografía y La Astronomía. La limpieza y restauración de estas obras la realizó un equipo interdisciplinario que trabajó en el obrador instalado en Plaza de Mayo.

El plantel encargado de la restauración estuvo integrado por dos equipos específicos: uno para la Pirámide y otro para las esculturas, coordinados por la restauradora Marta Zaffora y el arquitecto Miguel Crespo, respectivamente.

Los restauradores se propusieron recuperar la esencia de la primera Pirámide, con sus colores y mampostería. Los trabajos incluyeron la eliminación de vegetación invasiva, la reparación del solado de la Plazoleta San Francisco y la intervención y recuperación de las placas de bronce conmemorativas.

La Pirámide de Mayo es una de las pocas construcciones de comienzos del siglo XIX que perdura en Buenos Aires. Es uno de los puntos de encuentro emblemáticos de la Argentina y está ubicado en la plaza más antigua e importante de la Ciudad.

El proceso de restauración de las cuatro esculturas requirió un intenso trabajo ya que habían sufrido las consecuencias del vandalismo cuando estaban emplazadas en la Plazoleta San Francisco; presentaban faltantes de algunas partes como dedos, narices, manchas de pintura sintética, incisiones y leyendas escritas con marcador. Las estatuas son de un autor desconocido, se supone que fueron compradas en Italia. El historiador Franciso Llireli –que asesora al equipo encargado de la restauración- señaló que “las esculturas estaban en principio en el Banco Provincia hacia 1872, posiblemente hayan venido de Italia, no sabemos quién es el autor. Dos años después, en 1874, son donadas a la Municipalidad, que finalmente las ubica en 1878 en la Pirámide”. Curiosamente, apuntó que “no se sabe el nombre original de las estatuas, el que tienen se los pusieron en Buenos Aires”.

La Pirámide había sido restaurada en otras oportunidades. Sin embargo, se encontraba en malas condiciones por la degradación de los materiales y por el tipo inadecuado de trabajos realizados y materiales utilizados. Según informó el gobierno porteño, el repintado fue siempre el recurso empleado en el basamento, en forma permanente, para tapar pintadas políticas o grafitis, lo que contribuyó a su excesivo deterioro.

La sucesión de revoques de cemento, enduidos  y pintura aplicados unos sobre otros había alcanzado espesores de hasta 10 centímetros en las partes planas. La acumulación de capas de pintura en los relieves los había llevado a un grado de alteración por el que casi no se los reconocía como tales. La Pirámide estaba íntegra, sólo faltaba la punta de lanza de la estatua de la Libertad.

En el proceso de restauración debe destacarse la participación de la Escuela Taller del Casco Histórico, dependiente de la Dirección General de Patrimonio, Museos y Casco Histórico del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Por ejemplo, Marta Zaffora es una excelente discípula de la mencionada Escuela. También participaron algunos ex alumnos de la Escuela y los maestros de Yesería, Casimiro Sejas, y de Ornamentación, Alberto González. Las tareas consistieron en la realización de una copia de la cabeza que representa a la República.

El equipo total encargado de la restauración estuvo conformado por quince personas entre historiadores, arqueólogos, arquitectos e ingenieros. Los arqueólogos Flavia Zorzi y Ricardo Orsini respaldaron con su saber a los encargados de la restauración. Básicamente, ayudaron a reconstruir la historia de la Pirámide como objeto y así a planear distintas estrategias de restauración.

La Pirámide de Mayo hoy.